“Hacer periodismo no es un crimen”: tras revelar los vínculos de Bukele con grupos criminales, varios periodistas salvadoreños de El Faro tuvieron que huir del país para evitar ser arrestados

Original en Español16 de mayo de 2025
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Hablamos con un periodista salvadoreño que huyó de su país, junto con otros integrantes del reconocido medio de comunicación El Faro, después de que el presidente salvadoreño Nayib Bukele amenazara con arrestarlos por revelar los acuerdos secretos que el mandatario había concertado con bandas criminales salvadoreñas. En 2022 Bukele impuso el “estado de excepción” que sigue vigente en El Salvador, en el marco del cual han sido detenidas casi 80.000 personas, en su mayoría sin acceso al debido proceso, a quienes se acusa de pertenecer a grupos criminales. “No sabemos cuándo podremos regresar”, dice Nelson Rauda Zablah, editor digital de El Faro, quien señala que ahora en su país es algo cotidiano que quienes se oponen a Bukele huyan por temor a represalias. Hablamos con Rauda Zablah sobre los informes de El Faro y emitimos fragmentos de su serie de entrevistas con dos exlíderes de la facción “Revolucionarios” de la banda criminal Barrio 18 acerca de la relación de años que tiene Bukele con las pandillas. Actualmente, Bukele está trabajando en estrecha colaboración con el Gobierno de Trump para recibir a inmigrantes enviados desde Estados Unidos y mantenerlos encarcelados en el tristemente celebre Centro de Confinamiento contra el Terrorismo (CECOT) de El Salvador.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now! Democracynow.org. El informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman con Juan González.

Pasamos ahora a entrevistar a un periodista de El Salvador que ha abandonado su país junto con otros colegas del medio digital El Faro después de que el presidente salvadoreño Nayib Bukele amenazara con arrestarlos a todos. Una fuente confiable en El Salvador le dijo a El Faro que la Fiscalía General, controlada por Bukele, está preparando al menos siete órdenes de arresto contra periodistas de El Faro, luego de que este medio publicara una entrevista con dos ex líderes de la banda criminal Barrio 18 Revolucionarios sobre la relación que Bukele ha mantenido durante años con las pandillas del país.

Bukele ha dirigido el país desde 2022 bajo lo que se conoce como “estado de excepción”, supuestamente para debilitar a estas pandillas. En el marco de esta política, las autoridades salvadoreñas han detenido a casi 80.000 personas, en gran parte sin acceso al debido proceso, acusadas de ser miembros de las pandillas. Organizaciones de derechos humanos informan que al menos 250 personas han muerto en las cárceles de El Salvador durante la “guerra contra las pandillas” de Bukele.

Esto se produce al tiempo que Bukele está colaborando estrechamente con el Gobierno de Trump para mantener detenidos a inmigrantes que han sido enviados desde Estados Unidos al CECOT, el tristemente celebre Centro de Confinamiento contra el Terrorismo de El Salvador.

En un minuto nos acompañará el editor digital de El Faro, quien huyó de su país, pero primero veamos este extracto de una de las entrevistas de El Faro con un pandillero llamado Charli Cartagena, quien a pesar de tener una orden de arresto en su contra y ser reconocido como un claro líder de los Barrio 18 Revolucionarios, fue detenido y luego liberado tras una misteriosa llamada telefónica en 2022, durante el estado de excepción en El Salvador.

CARLOS ”CHARLI” CARTAGENA: A todo esto te digo de que esa es una subdelegación la que está en Antiguo Cuscatlán. Entonces ahí no es Bartolina, o sea, vos estás ahí y pues… ya anteriormente ya me habían tomado la foto, estaban redactando. Yo sólo escuché cuando le dijo el encargado de ahí “¿ya subiste la noticia?”. “No”, le dijo “todavía no, ya casi las hubo”, que no sé qué. “Cancelala”, le dijo. “Cancelala”, le dijo, “ahorita no”, le dijo. Y ya se quedaron ellos “y por qué”, que no se qué, que no sé cuánto y ya solo le dijo “ni modo”, le dijo, “son palabras mayores”, le dijo.

CARLOS MARTÍNEZ: ¿En tu recuerdo?.

CARLOS ”CHARLI” CARTAGENA: Palabras mayores, ajá, “ahí no podemos hacer nada”, le dijo. Y pues de repente cayó la llamada, viejo, cayó la llamada y se me quedaron viendo y solo dijeron “quítenle las esposas”.

AMY GOODMAN: Bajo el liderazgo de Bukele, la caída de la tasa de homicidios en El Salvador ha ido acompañada de un aumento de las desapariciones forzadas. Este tema se trató en la entrevista de El Faro con un ex pandillero de la banda Barrio 18 que se hace llamar “Liro Man”, en la que explica cómo se manejaron los asesinatos presuntamente bajo las órdenes del director de Reconstrucción del Tejido Social del Gobierno de Bukele.

LIRO: Es que mirá, loco, puchica, hablarte de estos puntos son bien delicados, loco, porque es como hacerme acreedor de algo que quizá sí lo sé, pero no te lo puedo decir, porque así pues, ya me entendés. No te voy a decir “nunca se dió un homicidio”, pero se dijo con Marroquín “si se hace algo, sin cuerpo no hay delito”. Con eso te digo todo, ya, con eso todo, “sin cuerpo no hay delito”.

AMY GOODMAN: “Sin cuerpo no hay delito.” Para más información, nos acompaña, desde una ubicación no revelada, Nelson Rauda Zablah, editor de contenido digital de El Faro. Nelson y seis de sus colegas enfrentan posibles órdenes de arresto por sus informes sobre los pactos de Bukele con las pandillas salvadoreñas. Su nuevo artículo de opinión para The New York Times se titula: “Por fin el mundo se da cuenta de lo peligroso que es Bukele”.

Nelson, bienvenido a Democracy Now! Explique por qué usted y sus colegas han abandonado El Salvador, la importancia de estos videos que han publicado y lo que esto dice del presidente salvadoreño.

NELSON RAUDA ZABLAH: Bueno, nosotros salimos del país preventivamente antes de algunas publicaciones como estas. Obviamente no esperábamos que existiera esta reacción tan violenta, pero lo entendemos. Entendemos porque el presidente Bukele se está vendiendo por el mundo, especialmente en Washington, como el consultor de seguridad más importante. Él ha ofrecido hace poco arreglar los problemas en Haití, ofrece arreglar los problemas en Estados Unidos. Y entonces, lo que nosotros decidimos es mostrarlo negociando, pactando con esas organizaciones criminales. Y eso va directamente contra la narrativa de que él es el protector de la familia salvadoreña, de que él es el héroe en esta historia, cuando él, a través de todo su ascenso político, desde que fue alcalde de San Salvador y ahora que es presidente, ha hecho un pacto con estas operaciones criminales, con organizaciones que Estados Unidos considera terroristas.

Nosotros salimos y no hemos retornado a El Salvador —pero pensamos hacerlo— porque nos informaron de que se estaban preparando siete órdenes de arresto en nuestra contra por colaborar con pandillas y por hacer apología de pandillas. Y eso es una acusación absurda. Lo hacen porque nosotros hablamos con estos líderes pandilleros que tienen orden de captura, pero la única razón por la que podemos hablar con ellos es que el Gobierno salvadoreño les ayudó a escapar del país. En el caso de Charli, lo liberó directamente de la delegación policial.

JUAN GONZÁLEZ: Nelson, recientemente El Faro publicó entrevistas con dos líderes de la pandilla Barrio 18 y ellos hablaron de los arreglos que hicieron con Bukele. ¿Nos puede hablar un poco de la diferencia entre la MS-13 y Barrio 18, y cómo Bukele utilizó estas organizaciones en el crecimiento de su poder político?

NELSON RAUDA ZABLAH: Bueno, la MS-13 es la organización pandillera más conocida, es más grande, es la que está designada actualmente como terrorista. Ambas pandillas, el Barrio 18 y la MS-13, son nacidas en Los Ángeles y llegan a El Salvador en las deportaciones del Gobierno de Clinton, cuando la democracia en El Salvador recién había nacido. Entonces, se van convirtiendo, por la mala gestión también de los Gobiernos salvadoreños, con institucionalidad débil, en un problema de seguridad nacional que para finales de la primera década del 2000 ya habían convertido a El Salvador en el país más violento del mundo. Sin embargo, desde por lo menos unos 15 años atrás, el Gobierno, el sistema político en El Salvador ha dependido de las pandillas para negociar. Por ejemplo, como las pandillas tenían tanto control territorial, tenían que negociar con líderes pandilleros para entrar a las comunidades de los barrios, hacer mítines políticos, hacer campaña política. Y entonces las pandillas fueron aprendiendo política gracias de la mano de todos los partidos políticos salvadoreños. Y Bukele no fue la excepción. Bukele viene del FMLN, de la exguerrilla, y desde entonces estaba metido en esos pactos cuando era el candidato a alcalde de San Salvador.

Lo que esta investigación prueba es que las negociaciones con Bukele no solamente han sido con la MS-13, considerada como organización terrorista, sino con todas las pandillas. El Barrio 18 en El Salvador estaba partido en dos, funcionaba casi como dos pandillas separadas, los sureños y los revolucionarios. Pero el Gobierno de Bukele hizo esfuerzos conscientes por buscar al líder de las tres pandillas e incluirlos en el pacto, que fue lo que inicialmente, durante los primeros tres años del Gobierno de Bukele, desmoronó tanto los homicidios y que a partir del 2022, cuando se rompe ese pacto, después de masacres de salvadoreños, incluyendo la masacre del día más violento del siglo que fue de 67 personas en marzo de 2022, a partir de entonces se establece el régimen de excepción.

JUAN GONZÁLEZ: Una de las figuras más importantes en todo esto es el señor Carlos Marroquín. ¿Cuál es su conexión con las pandillas salvadoreñas y con el presidente?

NELSON RAUDA ZABLAH: Carlos Marroquín, es el director de Reconstrucción del Tejido Social, pero su función política para Bukele, desde que era alcalde, ha sido ser su nexo con las pandillas. Marroquín ya estaba involucrado en el pacto con las pandillas, que también reveló El Faro, incluyendo dar puestos en el Mercado Cuscatlán a las pandillas a cambio de apoyos políticos. A partir de su llegada a la presidencia en 2019, Bukele convierte a Marroquín en el director de Reconstrucción del Tejido Social del país, y por lo tanto, en el hilo conductor de los pactos. Él es el encargado, según nos cuentan estos pandilleros en las entrevistas, de llevarlos dentro de los centros penales, los centros penales de máxima seguridad de El Salvador, a reunirse con líderes encarcelados. Ellos cuentan en las entrevistas cómo se ponen gorros navarones, cómo se disfrazan para entrar junto con el director de Centros Penales. Eso está reconocido en investigaciones, no solo periodísticas, del Departamento de Estado, del Departamento del Tesoro, en una imputación en Nueva York que reconoce los pactos y además en investigadores criminales que ahora están engavetadas en El Salvador. Este es el rol de Marroquín. Y Marroquín, además, en dos casos confirmados que hemos publicado, hay pandilleros que dicen que él personalmente los llevó a Guatemala para escapar del régimen de excepción.

AMY GOODMAN: Nelson, ¿puede hablarnos de cómo consiguió estos vídeos y estas entrevistas? Y también, ¿cómo supo que usted y sus colegas serían arrestados? ¿Por qué abandonaron El Salvador?

NELSON RAUDA ZABLAH: Sí, bueno, nosotros en enero… Esa fue una implicación que lleva meses de preparación. En enero de este año, un equipo de El Faro se desplazó a se movilizó a dos ciudades diferentes para realizar estas entrevistas y desde entonces ha sido un proceso intenso. Es decir, no fuimos a ponerle el micrófono a unos criminales, sino que verificamos, hicimos nuestro trabajo, verificamos lo que dijeron, contrastamos, buscamos documentos y lo publicamos de esta manera, que sabíamos, que creíamos que iba a tener un impacto distinto, porque verlo hablado, obviamente en estos tiempos tiene un impacto distinto. Lo que supimos… Nosotros publicamos esto a partir del 1 de mayo, el 1, el 2 y el 3 de mayo; y el 3 de mayo, que fue el último día de publicación, cuando los videos ya estaban generando un impacto, una conversación, al menos en redes sociales en El Salvador, bastante significativa, supimos de una fuente confiable que se estaban preparando siete órdenes de arresto. Para ese momento, la mitad de los que estamos involucrados en la publicación habíamos salido del país, otros salieron después. Lo que sabemos es que en El Salvador hay más de 87.000 personas capturadas desde 2022. Y no solamente personas vinculadas a pandillas: anoche capturaron a un abogado, Alejandro Henríquez; a un pastor, Ángel Pérez; la semana pasada capturaron a empresarios del transporte. Es decir, sabemos que el Gobierno está indiscriminadamente capturando voces críticas. Ha habido periodistas como Víctor Barahona presos en El Salvador.

Entonces, creemos que en este momento regresar a El Salvador es muy arriesgado y estamos evaluando las condiciones todo el tiempo. Pero bueno, nosotros tenemos la intención de regresar, nosotros no hemos cometido ningún crimen, somos periodistas, hemos hecho nuestro trabajo. Sí, ese trabajo pone en entredicho al Gobierno, pues es problema del Gobierno, pero nosotros queremos regresar, nuestras vidas están allá y sobre todo queremos seguir haciendo nuestro trabajo de una forma que sea segura. Nadie debería tener que pagar estas consecuencias por hacer periodismo.

JUAN GONZÁLEZ: Nelson, nos puede hablar un poco de cómo el Gobierno de Bukele… No solamente la represión, sino la vigilancia que desarrolló en términos de periodistas, por ejemplo, casi todo el personal de El Faro estaba sujeto al software espía de la compañía de Israel NSO Group. ¿Nos puede hablar de cómo estaban vigilando sus trabajos?

NELSON RAUDA ZABLAH: Sí, bueno, yo creo que las órdenes de captura son simplemente la última manifestación de una persecución sistemática del periodismo de El Faro desde que Bukele llegó al poder, El Salvador ha perdido 70 puestos en el ranking de libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras desde el 2018. En 2020, el presidente Bukele anunció en cadena nacional que nos investigaba por lavado de dinero. Desde entonces empezaron cuatro auditorías distintas en el Ministerio de Hacienda. Ese mismo año nos acusaron, en un caso montado por una página bajo control del Gobierno de Bukele, de haber participado en una violación y fuimos citados a la Fiscalía por eso. En 2021, nos enteramos de que 22 miembros de El Faro habían sido infectados con el software israelí Pegasus, que es un arma militar de espionaje. Es decir, nosotros hemos venido documentando y diciendo esto a cada paso y creo que no es ningún secreto que hay periodistas de El Faro que han estado fuera por largos periodos de tiempo en El Salvador.

Entonces, nosotros sabíamos que estamos decidiendo hacer periodismo en una dictadura, que es como consideramos a Bukele, un Gobierno donde no hay contrapesos, donde él controla todas las ramas del Estado. Pero decidimos seguir haciendo nuestro trabajo a pesar de los riesgos, porque creemos que la gente salvadoreña, y ahora que el mundo está viendo a El Salvador, creemos que la gente merece saber la verdad, que la propaganda es mentira y todo lo que está pasando en El Salvador.

AMY GOODMAN: Nelson, cuando grabamos la entrevista en inglés, usted terminó citando los nombres de personas que han muerto en prisión. ¿Puede decirnos los nombres de esas personas, quiénes son y qué les ocurrió?

NELSON RAUDA ZABLAH: Hay muchas muertes en prisión. Estaba pensando en los casos más recientes. Roberto Jaco, un empresario del transporte que fue encarcelado arbitrariamente después de que el presidente Bukele ordenara el arresto masivo de empresarios del transporte y murió la semana pasada, y creo que cuando hablamos de las consecuencias del régimen de excepción no hablamos de casos abstractos.

La familia del señor Jaco no lo va a volver a ver, y eso es lo que estamos denunciando, y eso son los peligros de estar diciendo esto. Nosotros hemos hecho una serie larga de testimonios, que tiene más de una docena de testimonios, así se llama, Testimonios.elfaro.net, en la que pueden oír las torturas que pasan en las prisiones salvadoreñas, en la que pueden oír a la gente [contando] que la ahogan en pilas de agua, a gente que le ponen bolsas negras en la cabeza, a gente que las cuelgan de los techos.

Es decir… y también estaba diciendo que hay gente que ha sido arrestada. Estoy pensando solamente en los casos que ocurrieron… ayer, 13 de mayo, en El Salvador, supimos de un pastor evangélico, Ángel Pérez, arrestado por defender a una comunidad de campesinos, supimos del abogado de esa comunidad de campesinos, cuyo nombre es Alejandro Henríquez, un ambientalista. Pienso en Fidel Zavala, que salió de prisión, denunció las torturas y fue vuelto a poner en prisión.

Pienso en toda esta gente que no puede estar aquí, no tengan quizá esta oportunidad y que no tienen… que no están en libertad ahora para denunciarlo. Y creemos que pese a los riesgos que enfrentamos, también es parte nuestra responsabilidad denunciarlo por ellos.

JUAN GONZÁLEZ: Bueno, pero a la misma vez, Nelson, a pesar de toda la represión del Gobierno, a pesar de la vigilancia ilegal en contra de la prensa, a pesar de los arreglos del Gobierno con las pandillas, usted mismo reconoce que Bukele goza del apoyo de quizás hasta el 80% de la población. ¿Por qué es eso?

NELSON RAUDA ZABLAH: Bukele ha sido un publicista muy efectivo, pero yo creo que ahora mismo la base de su popularidad es que el régimen de excepción logró desarticular el control territorial de las pandillas, con esa estrategia de arrestos masivos, lo que lograron fue desarticular ese control que tenían las pandillas. Entonces, la gente se siente más segura. Los homicidios ahora, efectivamente, se han desplomado, igual que otros crímenes, como las extorsiones. El asunto es que el precio de eso… los salvadoreños cambiaron seguridad… aceptaron seguridad a cambio de sus derechos, a cambio la democracia. Ya no hay democracia en El Salvador. No se puede objetivamente leer El Salvador como un país democrático. Y eso es un problema que más y más salvadoreños van descubriendo poco a poco. Pero ahora ya no hay nada que hacer. Ahora todas las instituciones están bajo control, y nosotros hemos tratado de advertir de que esto ocurriría por años, por años.

Pero así funcionan las cosas. Es decir, que nadie es profeta en su tierra, ¿no? Pero ahora mucha gente cuando tiene la necesidad, cuando están siendo desplazados y no hay un juez independiente que le de protección, cuando les arrestan un familiar inocente, cuando ellos mismos son arrestados, están viendo los peligros de tener un régimen como este y de tener… Aunque Bukele diga que es un dictador “cool”, sigue siendo un dictador y ningún dictador benevolente.

AMY GOODMAN: Nelson, ¿puede hablar de lo que implica la relación entre Estados Unidos y Salvador? Trump ha enviado a cientos de inmigrantes a la prisión CECOT de El Salvador en medio de todo lo que usted ha descrito y, presuntamente como dice su artículo en The New York Times, acordó pagar a El Salvador unos seis millones de dólares, no se sabe si más, los cuales Bukele dice que ayudarán a que el sistema penitenciario en El Salvador sea autosostenible. ¿Qué significa todo esto?

NELSON RAUDA ZABLAH: Donald Trump está legitimando regímenes autoritarios en todo el mundo y obviamente es un gran espaldarazo a la gestión de Bukele. Pero tenemos que ver también los intereses de Bukele en esto, y el dinero no creo que sea el principal interés. Bukele mismo ha dicho que el sistema de cárceles cuesta 200 millones de dólares al año y que este arreglo le reporta seis millones. Tampoco es una cantidad significativa, son como tres puntos porcentuales. En realidad lo que Bukele está haciendo es buscando protegerse, porque a través del pacto lo que está haciendo es pedir de regreso a líderes de pandillas que pueden ser testigos clave en un juicio en Nueva York contra Bukele y contra las negociaciones de su Gobierno. Ese es el principal interés.

Entonces, lo que tienen que entender las personas en Estados Unidos, los ciudadanos estadounidenses que pagan sus impuestos para enviar migrantes a esta mega prisión salvadoreña, es que están haciendo una negociación o que le están pagando a alguien que se ha sentado a negociar con criminales, alguien que ha tenido pactos muy estrechos, que incluye incluso la liberación de pandilleros, la liberación de ellos, y esa es la razón por la que están en otros países, entre otras cosas, y la razón por la que nosotros pudimos entrevistar a dos de ellos. [Los ciudadanos estadounidenses] están financiando a un régimen que tiene pactos con terroristas y que ha cometido crímenes. Eso no lo decimos nosotros, están sancionados… el director de Prisiones de El Salvador está sancionado por Estados Unidos. Carlos Marroquín, que ha admitido de su propia voz haber sacado líderes pandilleros y haberlos llevado a Guatemala.

Es decir, están… No sé, Amy… pienso en los 80, pienso en como el régimen… el Gobierno de Ronald Reagan durante mucho tiempo financió a un régimen sanguinario en El Salvador. Y pienso en como esos ciclos se repiten. Como ahora, el Gobierno republicano, también, de Donald Trump está financiando a un Gobierno en el que, el mismo Gobierno, ya hay abundantes pruebas de que están cometiendo crímenes con la gente.

JUAN GONZÁLEZ: Nelson, ¿nos puede analizar un poco la trayectoria política de Nayib Bukele? Porque él en un tiempo era miembro del FMLN, los que eran la guerrilla de izquierda de El Salvador décadas atrás. ¿Cómo fue la evolución de su política?

NELSON RAUDA ZABLAH: Bukele es un oportunista, es decir, él empezó en el FMLN y celebraba el cumpleaños del Che Guevara y felicitaba a Hugo Chávez y se proclamaba de izquierda, de la misma forma en que hoy reniega de los grupos de izquierda, como él los llama. Cuando llegó a la presidencia, separado ya del FMLN, usó un partido taxi, un partido de centro derecha con el que gana, y a partir de entonces empieza su transformación. Su primera visita a Estados Unidos como presidente electo fue con la Heritage Foundation… que todo el mundo está muy familiarizado con la Heritage Foundation en Estados Unidos y el proyecto 2025. Y a partir de ahí empezó a cambiar… empezó a cambiar paulatinamente hasta que ahora Bukele aparece en el CPAC, es una estrella conservadora, y reniega de todo lo que fue él. Yo quisiera ver un debate entre el Bukele de hoy y el Bukele de hace 12 años, porque son personas diametralmente distintas. En realidad lo que es, es que es un oportunista.

Él entiende que el péndulo político ahora en Estados Unidos está hacia la derecha, como lo está en muchos lados del mundo y cree que así el día de mañana ese péndulo cambie, y Bukele siga en una posición de poder, él va a cambiar de nuevo y va a volver a ser… a representar otros valores, porque no gobierna con ningún otro interés más que el de sí mismo. Y él gobierna, El Faro lo ha dicho editorialmente, como una mafia que se ha tratado y que se ha enriquecido en los seis años que lleva como presidente de El Salvador.23:14

AMY GOODMAN: Odio preguntar esto, Nelson, pero usted ha venido a Estados Unidos con su familia, no diremos dónde está, al igual que otros periodistas de El Faro que también han huido con sus familias. Ahora que Estados Unidos tiene una relación tan estrecha con El Salvador, vimos al presidente Trump sentado junto al presidente Bukele en el Despacho Oval, ¿le preocupa que lo deporten a su país?

NELSON RAUDA ZABLAH: No tengo ninguna preocupación en este momento, yo estoy aquí legalmente, tengo una visa por unos meses más y pues no sé qué vaya a pasar. Tampoco tengo la intención de quedarme a vivir en Estados Unidos. No sé, es que no hemos cometido ningún delito. Eso me da tranquilidad en algún sentido, en medio de toda esta incertidumbre. No hemos cometido ningún delito, hemos hecho nuestro trabajo.

Y yo creo que en el caso de que yo regrese a El Salvador, yo tampoco debería ser arrestado. No tengo ningún delito. Entiendo que esta es una acusación política. Entiendo que esto es algo que ellos han hecho porque tenían que reaccionar de alguna forma, pero yo soy un periodista y hacer periodismo no es un crimen. No lo es en El Salvador, al menos todavía. Creo que me siento parte de una larga tradición, una larga herencia, de salvadoreños que huyen de regímenes autoritarios y terminan con algunas estancias en Estados Unidos.

Pero eso es temporal. Yo quiero regresar a El Salvador, espero regresar a El Salvador pronto y quiero seguir haciendo mi trabajo. Mi vida está allá, mi familia está allá. Y nada, no hay ninguna razón por la que yo sea distinto de la larga herencia salvadoreña de gente que ha escapado de dictaduras y que se ha refugiado temporalmente en Estados Unidos. Pero vamos a regresar y vamos a seguir trabajando.

AMY GOODMAN: Nelson Rauda Zablah, quiero agradecerle por estar con nosotros. Editor de contenido digital de El Faro. Nelson y seis de sus colegas enfrentan una orden de arresto en El Salvador.

Para ver nuestra entrevista en inglés, puede hacer clic aquí.

Soy Amy Goodman, con Juan González.


Producido por Democracy Now! y Democracy Now! en español.

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